La gran esperanza para superar la actual pandemia es la vacuna. Mientras se alcanza este logro, es importante recordar que fortalecer nuestro sistema inmunológico es clave para evitar un posible contagio y resguardar nuestra salud. En este sentido es primordial cuidar nuestra salud emocional.
La crisis de la pandemia ha desatado una carrera por lograr una vacuna contra el covid 19, a la cual se suman tratamientos alternativos con resultados favorables que son motivo de polémica. Lo cierto es que la eficacia de todo medio de prevención o sanación está basada en el fortalecimiento de nuestro sistema inmunológico. Por ello es oportuno recordar que, si bien los fármacos son importantes, también nuestro estado emocional es clave para que cualquier terapia resulte exitosa. Es decir, la salud física depende en gran medida de factores como el estrés o la ecuanimidad.
En este sentido, el amor es fundamental para nuestra supervivencia y, en particular, para reforzar nuestro sistema inmune. No se trata de ninguna proclama tipo “nueva era” o seudocientífica. Si ampliamos nuestra definición de salud a una noción que incluya mente, cuerpo e incluso espíritu, tal como lo postula la psiconeuroinmunología, podemos decir que el amor es lo más importante para una salud auténtica o integral.
Biológicamente, el amor es un fenómeno en donde participa todo el organismo.
El cerebro manda señales que se traducen en descargas químicas que, a su vez, tienen un efecto en prácticamente todos los sistemas de nuestro cuerpo.
Existen muchos tipos de amor, dos de los principales son el amor de pareja y el amor filial (entre hermanos, entre padres e hijos, etc.). Y ambos, en términos biológicos, son fundamentales para que nuestra especie sobreviva. Por un lado y en muchos casos, el amor de pareja lleva a la procreación, mientras que el amor filial tiene la función de protección y supervivencia de la especie.
Por otra parte, desde la perspectiva biológica, el amor está conformado por tres fases: el enamoramiento, el amor pasional o de consolidación y el amor de compañía.
Diversos estudios científicos han precisado que durante la primera etapa del amor, la que se denomina enamoramiento, los humanos aumentamos las defensas contra cualquier microorganismo, por lo que estar enamorado puede modificar la actividad inmunológica.
Una reciente investigación de la Universidad de Harvard determinó
que, en caso de contagiarnos de covid-19 durante la etapa del enamoramiento, aumenta la probabilidad de que podamos resistir mejor este nuevo virus. Estar enamorados modifica la expresión de ciertos genes que están asociados al sistema inmunológico. Estos genes son el ZADH2, el CD1C, el ISG15, el LOC652694 y el IG5F6, señala el citado estudio. La modificación de estos genes hace que nuestro sistema inmunológico esté mucho más activo de lo normal, aumentando las defensas y protegiéndonos de distintos virus y bacterias.
Durante la etapa del enamoramiento la actividad cerebral se modifica en ciertas regiones de nuestro sistema nervioso central. En el amor romántico, la región que modifica su actividad de manera mucho más perceptible es el hipotálamo, encargado del desarrollo de la conducta sexual. Al mismo tiempo se activan otras regiones que están relacionadas con la confianza y la seguridad, ambas muy importantes en los procesos de toma de decisiones, el juicio y la percepción de la realidad.
Además del amor filial y el romántico, no menos importante es el amor por un ideal o una creencia, que nos da una vida con significado y propósito. Esta es la base para la construcción de hábitos positivos que nos conducen al bienestar. Los efectos de tener un propósito en la vida fueton documentados por Víctor Frankl y recientemente por científicos que le atribuyen una modulación positiva del sistema inmune.
En conclusión, todos los estudios coinciden en que las personas que tienen amores significativos viven más tiempo, son más felices y, en general, tienen una menor propensión a contraer cualquier tipo de enfermedad.
El amor es la mejor vacuna, la tenemos a mano y es gratuita. No la dejemos perder.
Leave a Reply