
Ejercitar la memoria es bueno para salud, sobre todo la memoria auditiva. Muchos de los sonidos que nos acompañaron en la vida, por ejemplo en la infancia, tienden a desaparecer. Por fortuna, se ha creado un proyecto para rescatar esos sonidos.
¿Recuerdas los sonidos de tu infancia? En la época escolar, por ejemplo, el ruido de la tiza en el pizarrón o el lápiz mientras lo pasabas por el sacapuntas. Muchos de estos sonidos que formaban parte de la banda sonora de nuestras vidas han desaparecido, apenas los recordamos y fueron sustituidos por otros sonidos que también serán víctimas del paso del tiempo.
Afortunadamente, se ha creado un proyecto para rescatar la memoria auditiva antes de que se pierda. Se trata del proyecto sonoro participativo Cities and Memory (Ciudades y memoria) que está recopilando “Sonidos Obsoletos” (Obsolete sounds), una gigantesca colección de sonidos anticuados, que han caído en desuso o están desapareciendo rápidamente. Cada sonido se ha grabado tal cual y luego se ha remezclado con otra música para crear una nueva experiencia auditiva.
Al proyecto se puede acceder en su página web citiesandmemory.com donde se define como “uno de los proyectos sonoros más grandes del mundo, un programa global de grabación de campo y arte sonoro colaborativo con el objetivo de remezclar el mundo, un sonido a la vez. Cubre más de 100 países y territorios con más de 5000 sonidos y más de 1000 artistas contribuyentes”. También invitan “a cualquier persona en todo el mundo a que nos envíe una grabación de sonido desde donde sea que esté, y nos cuente un poco sobre cómo son las cosas dondequiera que viva”.
Los artistas que participan en el proyecto recomponen y reinventan cada sonido, ya que reflexionan sobre cómo los sonidos de nuestro mundo cambian y se pierden todos los días, brindando una nueva perspectiva sobre cómo escuchamos nuestro entorno cotidiano.
El proyecto no sólo documenta los sonidos añorados que evocan recuerdos del pasado, sino que también destaca algunos de los que corren peligro de perderse. Su objetivo es llamar la atención sobre los paisajes sonoros del mundo que están desapareciendo y sobre lo que podemos hacer para preservar y salvar sonidos social y culturalmente importantes para las generaciones futuras.
En su sitio web el proyecto dispone de un mapa digital donde se pueden escuchar los sonidos de cada ciudad del mundo. La lista de sonidos incluye tecnología anticuada, cámaras, aparatos electrónicos, artículos domésticos, equipos de oficina y agrícolas, material militar y cornetas antiguas.
Los sonidos están agrupados en las siguientes categorías:
*Entretenimiento doméstico, como cintas de Betamax o VHS, reproductores de casetes, Walkman, antiguas consolas de videojuegos y proyectores de películas.
*Equipos de trabajo: Los evocadores sonidos de las antiguas máquinas de escribir, calculadoras, telares, teletipos e imprentas, el zumbido de los módems.
*El mundo del transporte: trenes de vapor, automóviles y carros de carrera antiguos, maquinaria agrícola centenaria y viejos vagones del metro.
*Electrodomésticos del pasado, como pulidoras de pisos, batidoras de mano, aspiradoras, ventiladores, afeitadoras y molinillos de café.
*Equipos militares antiguos, como máquinas descifradoras de códigos de la Segunda Guerra Mundial, aviones de guerra y sirenas antiaéreas.
Esta lista de sonidos va acompañada de un reproductor digital para escucharlos y la información de su historia. También cuenta con un buscador de sonidos (en inglés) y la posibilidad de escuchar un sonido al azar.
Los sonidos del mundo están cambiando más rápido ahora que en cualquier etapa de la historia humana y la vida útil de los sonidos es más corta que nunca: los sonidos que surgieron hace solo unos años ya están desapareciendo. De allí la importancia de este proyecto que viene a ser una especie de museo digital que nos permite recuperar los sonidos perdidos.
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