Estar con amigos, socializar, nos salva. Genera endorfinas, que son el mejor medicamento antidepresivo que podemos recibir. Tener amigos y de calidad es una suerte de vacuna de nuestro sistema inmune: asegura una vida más saludable. Y es gratis.
Esta es una de las principales conclusiones expuestas por el Dr. Robin Dumbar, célebre psicólogo, antropólogo y biólogo evolucionista británico, profesor emérito de la Universidad de Oxford, quien lleva años estudiando la amistad. Autor de más de veinte libros sobre el tema, entre ellos “Amigos: el poder de nuestras relaciones más importantes, “La ciencia del amor” y “La odisea de la humanidad”.
El especialista asegura que el número máximo de amigos que podemos tener es 150, lo que se conoce como “número Dunbar”, una medida del límite cognitivo de individuos con los cuales se puede tener una relación estable.
En sus libros, expone los resultados de sus investigaciones, muchas de ellas realizadas con primates, ya que descubrió que, “a la hora de relacionarnos y hacer amistades, no somos muy distintos de ellos”.
El autor repite constantemente que no tener amigos o no socializar acorta la vida, que la soledad reduce la conectividad y la plasticidad neuronal. Por el contrario, socializar y tener amigos beneficia nuestra salud por las cosas que hacemos con ellos: reímos, compartimos historias, cantamos, bailamos… “Todo eso activa el sistema de endorfinas en nuestro cerebro. Las endorfinas son parte del sistema de manejo del dolor del cerebro y suprimen el dolor de bajo nivel y el estrés que sienten los músculos, lo cual nos hace sentir más cómodos”, indica.
Es decir, son como opiáceos similares a la morfina. Nos aligeran la carga, nos elevan el humor y nos hacen más felices y confiados con el mundo que nos rodea.
El investigador señala otro importante beneficio: hay componentes particulares que desencadenan las endorfinas que se dirigen a los virus en particular y también a algunos tipos de cáncer. De manera que hay un efecto directo en el bienestar físico. “Hay mucha evidencia que sugiere que las personas que tienen un buen amigo cercano se recuperan más rápido de las enfermedades, de las cirugías mayores y condiciones similares”.
Por otra parte, refiere que las amistades entre hombres y mujeres son diferentes principalmente en cuanto a la intensidad de sus relaciones.
Y explica: “El mundo social funciona para hombres y mujeres de forma muy diferente. En el nivel más simple que podemos describir, para las mujeres lo importante es quién eres, no lo que eres. Ellas suelen ser mucho más intensas emocionalmente. El mundo social de los hombres es más parecido a un club, y lo importante allí no es quién eres, sino lo que eres. Todos son amigos de todos, pero la calidad e intensidad de las relaciones son menores”.
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